Alfredo Galán

El año 2003 España supondría para España un año de acontecimientos marcados por la tragedia del prestige, el envío de tropas humanitarias a la Guerra de Bosnia y el misterio del asesino de la baraja. Alfredo Galán se convertiría en un punto en común entre todas ellas.

Antecedentes

Alfredo galán nació en Puertollano (Ciudad Real) en el año 1978. Introvertido y mal estudiante decidió optar por la carrera militar cuando tenía 20 años. Fue enviado a labores humanitarias a Bosnia y a su regreso participó como enviado en las labores de limpieza del desastre del Prestige. Sin embargo, tras varios episodios de ansiedad intentó sin éxito entrar en el Cuerpo de la guardia Civil. Finalmente fue dado de baja del ejército, pasando a ser reservista desactivado. Su último trabajo lo desempeñó como vigilante de seguridad en el aeropuerto de Barajas.

Un As de copas y una pistola en su manga

Su primer asesinato lo cometió en Barajas al disparar a quemarropa a un joven en una parada de autobús. Comenzaba una partida criminal que tuvo en vilo a la policía y a la sociedad. Durante 3 meses el denominado ¨asesino de la baraja¨ jugó sus cartas, dejando 6 víctimas mortales y 3 heridos siguiendo el orden del palo de copas de la baraja española que había iniciado con el As.

Modus operandi

Vestido con ropa deportiva y un arma de fuego procedente de Bosnia elegía a sus víctimas al azar, aprovechando la falta de testigos oculares. Se acercaba a ellos, les pedía que se arrodillaran y les disparaba un tiro en la nuca. Después dejaba una carta junto a su cadáver y lo abandonaba en el lugar del crimen.

Fin de la partida, rendición

El 3 de febrero de 2003, Alfredo Galán decide acabar el juego y se entrega a la policía de su ciudad natal confesando ser el asesino de la baraja. Sin embargo, durante el juicio se retracta y ofrece una nueva versión para librarse de ser juzgado como criminal aduciendo que fue coaccionado por un grupo neonazi al que le vendió el arma con el que se cometieron los crímenes.

Finalmente hubo pruebas incriminatorias (testigos oculares, arma, ropa) que facilitaron el veredicto final que lo condenó a 142 años de cárcel. Alfredo Galán podrá ser puesto en libertad en 2023 ó en 2043 si se le aplica la doctrina Parot. 

A diferencia de los mercenarios que asesinan a sus víctimas recibiendo una compensación a cambio, este tipo de asesino se distingue de estos por un móvil diferente: matar por placer. Según el perfil psicológico elaborado durante el juicio se destacaron algunos rasgos que lo definen como un psicópata que manifiesta un desprecio por la vida humana, capaz de distinguir entre el bien y el mal, dictamen que sirvió para condenarlo.

Aparte de estos rasgos, el asesino de la baraja presenta otros que completan su perfil patológico, entre otros:

● Narcisismo y megalomanía: aparte de sentirse el centro del universo, alimentado por las consecuencias mediáticas de sus crímenes, el hecho de haberse entregado a la policía argumentando la incapacidad policial para desenmascararle, demuestra un sentimiento de superioridad que está por encima de la ley.

● Complejo de Dios: el hecho de decidir entre la vida y la muerte de un ser humano lo acercaba a Dios. La sensación de poder y de estar por encima del bien y del mal le incitaba a seguir asesinando.

● Falta de empatía: en ningún momento sintió ningún tipo de conmiseración con sus víctimas, las mataba a sangre fría.

● Carencia de remordimientos: en sus declaraciones en el juicio afirmó que le daba igual matar a otra persona y que no experimentaba ningún sentimiento tras su muerte.

● Autoestima baja: el hecho de haber sido un estudiante mediocre, haber fracasado en su misión como soldado pasando a desempeñar labores de limpieza de catástrofes naturales y haber sido rechazado en las pruebas físicas para ingresar en la Guardia Civil pudieron ser un concomitante para su baja autoestima.