Arthur Shawcross

Arthur Shawcross fue un asesino en serie que dejó huella entre los caníbales estadounidenses. Tras ser procesado, la perturbadora verdad de sus crímenes quedó expuesta al gran público. El 3 de enero de 1990, encontraron a su última víctima. Dos días después, fue detenido por su asesinato. Se le relacionó con un total de 12 casos de homicidio.

Primeros años

Nacido en abril de 1945, en Kittery, Maine, pasó su juventud en Watertown, Nueva York. Al parecer, Shawcross sufrió abusos durante su infancia, sobre todo de su madre. De hecho, hasta llegó a afirmar que esta y su tía lo agredieron sexualmente y que había tenido relaciones sexuales con su hermana. En ese momento, mucha gente puso en duda su testimonio. Algunos expertos sostuvieron que tuvo una infancia normal.

Durante su tiempo en la escuela, se le encontró sospechoso de numerosos robos, incendios y otros delitos menores. Dejó sus estudios en noveno grado.

Se unió al ejército para luchar en la guerra de vietnam cuando tenía 21 años. Al ser dado de baja por el ejército, él y su esposa en aquel momento volvieron a Nueva York. Un poco después, se divorció y Shawcross fue acusado de robo e incendio provocado. Por ambos delitos recibió una condena de cinco años. En menos de 2 años, salió de prisión por buen comportamiento.

En Watertown, Arthur se volvió a casar y consiguió un trabajo. Después de unos meses viviendo juntos, violó y mató a un niño de 10 años, Jack Blake. El cuerpo del pequeño se encontró a los 4 meses de ser asesinado.

La siguiente víctima fue una niña de 8 años, Karen Ann Hill. Al día siguiente, lo arrestaron por la muerte de Karen y, también, por el asesinato del niño. Recibió una condena de tan solo 25 años de prisión gracias a un acuerdo. Cumplió 15 años por buena conducta.

De Arthur Shawcross a “el asesino de río Genesee”

Una vez liberado, en 1987, trató de empezar una nueva vida en Binghamton, Nueva York. Pero, al ser reconocido por sus vecinos, estos hicieron todo lo posible para echarlo y tuvieron éxito en su empeño.

Fue trasladado a Rochester, Nueva York, junto a la novia que tenía en esos días. Los agentes de la condicional, para evitar lo que le había pasado en su anterior ubicación, ocultaron sus antecedentes, un terrible error que le permitiría pasar desapercibido incluso de la policía.

Segunda ola de crímenes

10 meses después de mudarse a Rochester, Shawcross comenzó a matar otra vez.

En marzo de 1988, en el río Genesee, se encontró el cuerpo de una mujer que mostraba signos de haber sido estrangulada. Además, presentaba mordeduras en las ingles. Se trataba de Dorothy Blackburn, una prostituta de 27 años.

Luego, en septiembre de 1989, fue hallado el cuerpo de Anne Steffen, otra prostituta que tenía en el momento de su muerte 27 años. Como el cadáver fue encontrado lejos de la primera víctima, no se consideró que fuera obra del mismo asesino.

Un mes después, en octubre de 1989, se encontraron dos cuerpos más en la zona, pero con una semana de diferencia: Dorothy Keeler y Patricia Ives. A las dos las habían asfixiado. Los medios empezaron a especular con la posibilidad de que se tratara de un asesino en serie. Y le dieron el sobrenombre de “el asesino del río Genesee”.

Para identificar a Shawcross, la policía preguntó a las trabajadoras sexuales de la zona si habían visto a alguien sospechoso. Algunas dieron la descripción del posible asesino, y afirmaron que tenía tendencias violentas y se llamaba Mitch o Mike.

El Día de Acción de Gracias de 1989, encontraron el cuerpo de una mujer de 26 años. Era el de June Stott. Había sido estrangulada y la habían mutilado postmortem. La abrieron en canal y le extirparon los labios. A diferencia de los otros casos, en esta ocasión, no se trataba de una prostituta.

El sangriento y meticuloso ritual puesto en práctica por el asesino sugirió a los encargados del caso que podría estar visitando de nuevo las escenas del crimen.

En el transcurso de una operación de vigilancia, se avistó desde un helicóptero policial el cuerpo de June Cicero, de 34 años, casi partido por el tronco. Asimismo, también se identificó a un hombre que estaba o bien masturbándose o bien orinando en un puente. Efectivamente, Shawcross volvió a la escena para revivir el crimen. Las fuerzas de tierra lo detuvieron.

Todas sus víctimas

  • Jack Blake, 10 años. Fue asesinado en abril de 1972.
  • Karen Ann Hill, 8 años. Septiembre 1972
  • Dorothy Blackburn, 27 años. Febrero de 1988.
  • Anna Steffen, 27 años. Junio de 1989.
  • Patricia Ives, 25 años. Septiembre de 1989.
  • Dorothy Keeler, 59 años. Octubre 1989
  • Frances Brown, 32 años. Octubre de 1989.
  • June Stott, 30 años. Octubre de 1989.
  • Elizabeth Gibson. Octubre de 1989.
  • Maria Welch, 22 años. Diciembre de 1989.
  • Darlene Trippi, 32 años. Diciembre de 1989.
  • June Cicero, 34 años. Diciembre de 1989.

Juicio, condena y muerte

De entrada, no admitió haber cometido los asesinatos. Pero la policía le amenazó con incriminar a su novia de aquel entonces, Clara Neal, que tenía en su poder la joya de una de las víctimas. En ese punto, confesó casi todos sus crímenes.

Durante el juicio, la defensa de Shawcross trató de conseguir que le declararan inocente por incompetencia mental. Los psiquiatras que participaron destacaron el hecho de que tenía daño cerebral y un trastorno de personalidad múltiple, y que sufrió abusos sexuales cuando era niño. Esto, en combinación con un supuesto trastorno de estrés postraumático resultado de sus días de combatiente, le permitieron evitar una condena a muerte.

El 13 de diciembre de 1990, el jurado del Condado de Monroe dio a conocer su veredicto: culpable de 10 cargos de asesinato en segundo grado. Fue condenado a 250 años de prisión. Más tarde, recibió una segunda condena en el Condado de Wayne por el asesinato de Elizabeth Gibson.

Cuando estaba en prisión, participó en entrevistas para televisión y en varios documentales. En 2003, durante una entrevista con un periodista británico, el famoso asesino en serie se jactó de comerse las vulvas de 3 de sus víctimas.

Arthur Shawcross murió el 10 de noviembre de 2008 de un infarto a la edad de 63 años.