Charles Starkweather

Charles Starkweather fue un asesino itinerante que cometió diez asesinatos en un mes. Lo hizo en Nebraska y Wyoming en compañía de su jovencísima novia. Su historia saltó al cine gracias al guion de Quentin Tarantino para la película Asesinos natos.

Orígenes y primeros años de Charles Starkweather

El autor de estos asesinatos no había cumplido veinte años cuando inició esta ola de crímenes, entre diciembre de 1957 y enero de 1958.

Sus padres, en plena Gran Depresión, trabajaban mucho para sacar adelante a sus seis hijos. Charles, que nació el 24 de noviembre de 1938, no tuvo una infancia sencilla. Sus piernas se habían deformado por una enfermedad congénita y tenía dificultades al hablar.

Resulta fácil imaginar que sufrió burlas y acosos. Quién sabe si, pese a que era un buen alumno, a consecuencia de ello se truncó su carrera estudiantil. Tras sucesivos cambios de centros escolares, llegó a la conclusión de que donde disfrutaba de verdad era en el gimnasio.

Por una parte, se sintió atraído por el trabajo físico para fortalecer su cuerpo. Su musculatura y su agilidad se convirtieron en la mejor arma para responder a acosadores. Además, los entrenamientos intensos le venían muy bien para liberar toda su ira acumulada.

Dejó la escuela con dieciséis años y comenzó una retahíla de pequeños trabajos y una evolución personal inspirada por la película Rebelde sin causa, del mítico James Dean. Comenzó a imitarlo, ¡quería ser como él! Fue cargador de camiones, repartidor de periódicos y, finalmente, recolector de basura.

Y, entonces, decidió que quería tomar el camino del crimen. La injusticia social que había visto en sus oficios lo animó a elegir ese atajo sangriento. Poco antes, había conocido a su novia, una muchacha de tan solo trece años.

Relación con Caril Ann Fugate

La trayectoria criminal de Starkweather demuestra que no es necesario tener la inteligencia de Rasputín para pasar a la historia. Uno de los detonantes de su desenfreno violento fue conocer a Caril Ann Fugate. Esta adolescente compartía con él cierto sentimiento de incomprensión y desapego social. Se enamoraron de inmediato.

Cuando Charles tenía dieciocho años, en 1956, decidió acercarse a Fugate, la hermana pequeña de la novia de un amigo. Le gustaba tanto que decidió trabajar en un almacén de prensa concreto porque estaba cerca de su instituto. Ella cayó prendada, tras tanta insistencia, por la vida liberada y rebelde que simbolizaba.

Más si cabe cuando decidió enseñarle a conducir, hasta que tuvieron un accidente y chocaron contra otro vehículo. El padre de Starkweather, propietario del coche siniestrado, pagó los daños del automóvil afectado. Después, castigó la imprudencia de su hijo echándolo de casa. A raíz de ello, cambió de empleo y comenzó a ganar el salario mínimo como basurero.

Aquellas horas de trabajo duro, miserable y a menudo apestoso le llevaron a desarrollar una filosofía de vida calamitosa. No debería sorprendernos saber que comenzó a planear atracos a bancos. Lo consideraba la única salida para evitar ese presente penoso que imaginaba para siempre.

La olla a presión había alcanzado la temperatura idónea para explotar. Y llegó su crimen iniciático.

Asesinatos cometidos

Para una personalidad psicopática enojada con la sociedad y sus circunstancias, cualquier situación cotidiana es un posible detonante de un crimen imperdonable. Una vez que Charles cruzó esa línea, su orgía delictiva se desató definitivamente.

El primer asesinato

El 30 de noviembre de 1957 Starkweather acudió a una estación de servicio, en Lincoln, y quiso comprarle a su novia un simpático peluche. Sin embargo, no llevaba dinero en efectivo, así que le dio al vendedor una tarjeta de crédito para realizar el pago. Este se negó a aceptarla.

Charles rumió su ira hasta las tres de la tarde del día siguiente. Se presentó allí de nuevo, esta vez con una escopeta. Las dos primeras veces entró sin ella al comercio. A la tercera, la utilizó para robar y obligar a salir al asistente de la tienda que le había negado el crédito la víspera.

En cierto momento, el empleado se revolvió, lucharon y la escopeta lo hirió en las rodillas. Cuando Starkweather le disparó a la cabeza, se sintió invencible. Solo le faltaba una cosa: recuperar a su Mata Hari particular.

Ola de crímenes

El 21 de enero fue a buscar a su novia a la casa familiar. Como sus padres no le permitían verla, los asesinó y, después, mató a su otra hija, de dos años. Tras esconder los cuerpos, permanecieron allí seis días.

Un aviso de la abuela a la Policía precipitó su marcha. Cuando los agentes llegaron, la pareja viajaba hacia la casa de un amigo de la familia del chico. También lo asesinaron, antes que a su perro.

A continuación, secuestraron a una pareja de jóvenes con coche, los obligaron a llevarlos a una bodega y allí murieron ambos, con intento de violación incluida. ¿Sabemos si participó Fugate en estos crímenes? Ambos dieron versiones enfrentadas al respecto.

Su allanamiento de una vivienda familiar se saldó con tres nuevas muertes: primero la criada, luego la señora de la casa y, por último, el marido. Las autoridades comenzaron a seguirlos, aunque aún tuvieron tiempo de asesinar a un vendedor e intimidar a un ciudadano que, ignorante, se ofreció para ayudarlos.

Cuando los agentes llegaron, Fugate corrió hacia ellos pidiendo ayuda. Charles intentó huir en un vehículo, hasta que un disparo destrozó su parabrisas y optó por entregarse.

Detención y juicio

Este asesino itinerante no opuso resistencia. En un primer momento, declaró haber secuestrado a Fugate y negó su participación en los crímenes. Sin embargo, en el juicio testificó contra ella.

Charles Starkweather alegó locura, pero fue condenado a muerte y ejecutado en la silla eléctrica en junio de 1959. Su novia también fue declarada culpable. Por su edad, solo catorce años, la condenaron a cadena perpetua, de la que salió en 1976.

Estos asesinatos en Nebraska demuestran que los adolescentes pueden ser tan peligrosos como cualquier psicópata veterano. Charles Starkweather era una bomba de relojería y se activó de una manera imparable, segando cuantas vidas fue capaz.