Charles Whitman

Charles Whitman fue un célebre asesino en masa estadounidense. En 1996 ejecutó a quince personas e hirió a 32 en el campus de la Universidad de Texas. El día anterior ya había matado a su mujer y a su madre. ¿Qué pudo llevarlo a cometer semejantes atrocidades? A través de su biografía, tal vez podamos a entender la mente de un psicópata como este.

Primeros años y carrera militar

Vamos a conocer a uno de los asesinos internacionales más inquietantes y enigmáticos de la historia. Charles Joseph Whitman nació el 24 de junio de 1941 en Lake Worth (Florida). Fue el mayor de tres hermanos y su familia se vio negativamente influida por la crueldad paterna. Charles A. era un maltratador y un pésimo padre, un individuo exigente en extremo, perfeccionista y violento.

Así, aunque era un buen estudiante, su primogénito se alistó en los marines en cuanto cumplió los dieciocho años. Quería escapar de aquella atmósfera familiar y, por otra parte, había convivido con las armas y aprendido a manejarlas desde muy pequeño.

Antes de pasar por el ejército, cursó sus estudios en el Sagrado Corazón y fue boy scout. Además, se graduó en la escuela secundaria de St. Ann, en la zona de West Palm Beach.

Antes y después de su actividad en los marines

Durante año y medio fue instruido en Carolina del Sur y en Guantánamo. Durante esta etapa de entrenamiento, obtuvo una insignia de francotirador y una medalla distintiva.

Su carrera militar había comenzado de una manera prometedora, lo que le permitió acogerse a un programa especial. Gracias a él, estudió en la Universidad de Texas, una etapa que marcaría su vida porque conoció allí a Kathyn Leissner, con quien terminó casándose.

Sin embargo, sus malas notas lo obligaron a volver a los marines en 1963, un año después de su boda. En esta ocasión, fue dado de baja con honores y volvió a la universidad tejana.

Los fuertes dolores de cabeza y su permanente preocupación por tener una enfermedad mental lo condicionaban. En 1966 se citó con un especialista de su universidad, pero tras la primera sesión ya no regresó a la terapia que le recomendó.

Finalmente, encadenó una serie de trabajos poco duraderos. Fue cobrador de facturas, cajero en un banco y tipógrafo de tráfico, entre otros oficios.

La tragedia ya se estaba forjando en su mente. Otro hecho en su biografía detonó su bomba interior. Su madre, harta de los abusos a los que la sometía el padre de Charles Whitman, lo abandonó. Le pareció una buena idea instalarse en un apartamento próximo al hogar de su hijo mayor. Fue una decisión fatídica.

La masacre de la Universidad de Texas

Resulta difícil descubrir que se está viviendo con un psicópata. Hay que entender que ni su esposa ni su madre lo supieron hasta que fue tarde.

La masacre en la universidad en la que había estudiado no fue, sin embargo, su primer crimen. El 31 de julio acudió a la casa materna. La madre lo recibió con la confianza y naturalidad de costumbre. En aquella ocasión, sin embargo, tomó la decisión de matarla. Tras apuñalarla y dispararle, dejó una nota junto a su cuerpo. En ella se mostraba arrepentido por lo sucedido, pero también creía que era lo mejor; el único medio de aliviar su sufrimiento.

Después se fue a su domicilio y, en principio, se comportó con normalidad. Su mujer no percibió nada inusual y se acostó. Mientras ella conciliaba el sueño, Whitman escribió una nota anticipando que iba a asesinarla. Aseguró que la amaba y que carecía de motivos para ejecutarla salvo, quizás, su propio egoísmo y el deseo de que no se avergonzara de él por sus actos. Finalmente, la mató con un puñal mientras dormía.

Disparando en su universidad

Posiblemente, lo tenía planeado. En cualquier caso, al día siguiente se presentó en su antiguo campus universitario con multitud de armas y municiones. Las trasladó en un baúl tirado por una carretilla y eligió la torre como centro de operaciones para desenvolverse como francotirador. Se presentó vestido con un mono caqui

Mató a otras quince personas. Su acción criminal duró menos de un par de horas. Con todo, las muertes se produjeron en poco más del primer cuarto de hora de su ataque.

Sus primeras víctimas fueron la recepcionista Edna Townsley y dos turistas con los que se cruzó mientras subía. Una vez arriba, comenzó a disparar a cuantos veía por abajo.

Su habilidad para herir y matar a quienes encuadraba de forma indiscriminada en su punto de mira fue aterradora. ¡Fue capaz de darles en el corazón o muy cerca de él!

Muerte de Whitman

Un profesor de historia avisó a la policía. La conmoción en el campus era máxima. La Policía de Austin movilizó a todas sus unidades, tanto las operativas como las inactivas y fuera de servicio. Incluso agentes estatales se presentaron en la zona.

Las fuerzas de seguridad rodearon su ubicación e intercambiaron con él un intenso tiroteo. Se les sumaron un buen número de civiles equipados con armas propias e incrementaron el pandemonio balístico.

La valiente acción que acabó con la vida de Whitman tiene cuatro nombres propios:

  • Ramiro Martínez.
  • Houston McCoy.
  • Jerry Day.
  • Allen Crum.

Los tres primeros eran policías de Austin y, el cuarto, un civil. Fueron los primeros en llegar a la terraza de la torre desde la que Whitman masacraba la universidad.

Entre Ramiro y McCoy consiguieron abatir al asesino y, de este modo, poner punto final a la pesadilla.

Curiosamente, Whitman había escrito una especie de nota de suicidio en la que pedía someter su cerebro a una autopsia. Estaba convencido de que tenía algo anómalo. Aunque se le detectó un tumor, jamás pudo constatarse si influyó en los crímenes.

Charles Whitman ha pasado a la historia por matar a cerca de veinte personas y herir a más de una treintena. Ni siquiera transcurrieron veinticuatro horas desde que inició su desenfreno asesino. Como podemos ver, la letalidad no precisa mucho tiempo.