José Juan Martínez Gómez “El Rubio”

El cerebro del atraco al Banco Central

 

El 23 de mayo de 1981 tuvo lugar el mayor atraco con rehenes que ha ocurrido en la historia de España. Y no ocurrió en cualquier lugar, si no en el Banco Central de Barcelona. El cerebro de toda la operación fue José Juan Martínez Gómez “El Rubio”, aunque a él nunca le gustó tal apodo.

 

El Rubio ya tenía experiencia en el atraco de bancos. Según él, la operación para llevar a cabo el atraco al Banco Central le fue encargada por dos personas, el jefe de operaciones encubiertas del CESID (Centro Superior de información de la Defensa) y el Subdirector de Seguridad. Aunque tal y como relata él, el objetivo no era un atraco al banco, si no la sustracción de un maletín que se hallaba en la caja 156 del banco y que contenía información acerca del golpe de estado del 23F (ocurrido tres meses antes).

 

Todo comenzó a las 9 de la mañana del 23 de mayo de 1981, cuando 26 personas, comandadas por El Rubio, entraron en el Banco Central y tomaron como rehenes a 263 personas. El plan ideado por él mismo, incluía un comunicado que depositaron en una cabina telefónica contigua al Banco. En él se exigía la liberación de varias personas implicadas en el golpe de estado y toda la logística para la huida. Los medios se hicieron eco de ello en cuestión de minutos, y la situación alcanzó notoriedad internacional rápidamente.

 

Una de las imágenes que dieron la vuelta al mundo y que se transmitió en directo por televisión, fue la del propio José Juan Martínez saliendo del banco, al tiempo en que liberaban algunos rehenes, apuntando con una pistola a un rehén y caminando alrededor del banco, para posteriormente volver a entrar pasados unos minutos. Otro de los momentos de mayor tensión se vivió cuando una tanqueta de la Guardia Civil entró en acción y disparó contra uno de los atracadores que se hallaba en la azotea reteniendo a uno de los trabajadores del banco. El disparo le causó la muerte al que resultó ser cuñado de El Rubio. Esto agregó mucha tensión a la situación y los atracadores se pusieron nerviosos.

 

El Rubio había tratado de fugarse atravesando los muros de hormigón del banco, pero tuvo que desistir al encontrarse muros de acero tras los mismos, por lo que decidió que era hora de negociar su entrega y la del resto de atracadores. Tras algunas horas los rehenes fueron liberados, cuando las fuerzas de seguridad habían entrado por la azotea y bajaban hacia el lugar donde se hallaban. Parte de los atracadores quisieron salir mezclados entre los rehenes, pero no resultó y fueron detenidos a los pocos minutos. El atraco había durado 37 horas.

 

El Rubio fue condenado a 30 años de prisión. Durante un permiso que le había sido concedido al conseguir el tercer grado, se fugó, pero fue detenido y su condena fue ampliada cuatro meses.

 

Salió de prisión en 1997 y posteriormente saltó de nuevo a las noticias al ser detenido por otro atraco a un banco.