Lord Lucan

Richard John Bingham, 7º Conde de Lucan, nace en Londres (Reino Unido) el 7 de noviembre de 1934 y es declarado oficialmente muerto en diciembre de 2016 después de llevar 42 años desaparecido en circunstancias misteriosas vinculadas a un crimen supuestamente cometido por él. Jamás fue encontrado ni juzgado.

Antecedentes

La infancia de Lord Lucan transcurrió sumida en el desarraigo. La enfermedad de su madre junto con la amenaza de guerra en 1939 lo llevó a alojarse en diferentes hogares, entre Gales y Nueva York.

Tras finalizar la Gran Guerra regresó a Inglaterra para estudiar en el Eton College, donde empezaría su afición a los juegos de azar. Allí se hizo asiduo del hipódromo y el póker. La antigua casa de sus padres había sido destruida durante la guerra y tuvo que aceptar la vida austera que le ofrecían. Quizás ésta fuera la razón por la que el juego comenzó a ser una obsesión. La cuna aristocrática de la que provenía se había convertido en un lecho de penurias.

Su frustración y el ansia por conseguir fortuna en el azar se incrementaron posteriormente al ingresar en el mundo laboral. Su vínculo con la banca le llevó a conocer a personalidades con las que compartir su pasión lúdica. Backgammon, Bridge y Chemin de fer fueron los juegos que le arrastrarían a la adicción. Su suerte estaba echada y su vida oscilaría a partir de entonces entre ganar o perder, y entre trabajar o jugar eligió el juego. La ludopatía comenzaba a hacer estragos en la vida de ¨Lucky Lucan¨.

¿La bolsa o la vida?

Como decía Schopenhauer, el juego de azar constituye una declaración de bancarrota para el intelecto. Así ocurrió que a partir de noviembre de 1974 comienza a hacerse notable la ruina económica y moral del Lord. El aristócrata anglo-irlandés era conocido por sus excesos y por su tendencia al lujo excéntrico y desmesurado, a pesar de sus constantes pérdidas y un creciente endeudamiento. Sus delirios de grandeza le hacían querer llevar una vida al puro estilo hollywoodense.

Tras su separación de Lady Lucan en noviembre de 1974 se inicia un difícil proceso por conseguir la custodia de sus 3 hijos. El caso no le favorecía demasiado debido a su afición por el juego y la bebida. Durante los dos años posteriores a la separación no cejó en buscar, rozando la obsesión, pruebas que incapacitaran a su ex esposa para el cuidado de sus hijos; contrató detectives, se hizo amigo de gente del entorno de Lady Lucan e intentó varias veces internarla en un psiquiátrico. Conseguir la custodia se había convertido en la gran apuesta de su vida, algo que le quitaría el sueño y le obligaría a medicarse.

La noche del 7 de noviembre la niñera de sus hijos apareció muerta en el sótano de casa de su ex-mujer. Una tubería de plomo fue el arma homicida.

Según confesiones de Lady Lucan, al ver que la nany no regresaba, fue en su búsqueda y sorprendió al conde mientras introducía el cadáver en un saco. Comenzó entonces un forcejeo que desorientó a la mujer. Cuando recobró la presencia, Lady Lucan recuenta haber escapado corriendo a un pub próximo para dar aviso a la policía cuando su marido se encontraba en el baño tras el forcejeo. Cuando llegaron, Lord Lucan había desaparecido.

Sospechoso a la fuga

Comienza entonces el periplo del Lord por alejarse de la escena del crimen, y de la faz de la tierra. Se fugó en un coche prestado dejando dos cartas de inocencia manchadas de sangre. Insistía en que el asesino de la niñera había sido otra persona y que él solo había acudido en auxilio de quien creyó que era su mujer. Más tarde se descubrirían varias evidencias del crimen en el coche con el que Lord Lucan se escapó.

El 3 de febrero de 2016 la Corte Suprema decide dar por muerto en diferido a Richard John Bingham con el fin de que su primogénito pueda heredar el título de Conde de Lucan y acceder a su herencia. Queda el misterio de saber si se suicidaría arrojándose por la borda en el Canal de la Mancha o adoptaría otra identidad en algún lugar del mundo. Secretos que seguramente se haya llevado a la tumba junto con la verdad sobre si fue el propio Lucan o un asesino a sueldo quien cometió el crimen.