Richard Speck

Hay asesinos en serie que cometen sus crímenes a lo largo de varios años, o incluso décadas; un buen ejemplo es el de Samuel Little. Otros, en cambio, llevan a cabo matanzas en un solo día. Es el caso de Richard Speck, que también es conocido como el asesino de enfermeras. Una figura enigmática y aterradora que ha servido de inspiración para multitud de series y películas.

Orígenes y primeros años

Richard Franklin Speck nació el 6 de diciembre del año 1941 en la villa de Kirkwood, Illinois (Estados Unidos). Fue el séptimo de una pareja que, en total, tuvo ocho hijos. Su infancia fue absolutamente normal hasta que, en 1947, falleció Benjamin, su padre. Él acababa de cumplir seis años.

La familia quedó en una situación de gran precariedad económica. Esto obligó a la madre de Richard, Mary Margaret, a buscar otra pareja. La encontró en Richard Lidbergh, un vendedor de seguros que la maltrató con frecuencia. Se casaron en 1950. Por suerte para la mujer y sus hijos, el matrimonio no duró demasiado.

Sin embargo, la infancia de Richard Speck no solo fue dura en términos psicológicos. También estuvo asociada a la enfermedad y a los accidentes. Por ejemplo, a los tres años sufrió una neumonía que a punto estuvo de acabar con su vida. A los diez años se cayó de un árbol y estuvo inconsciente durante una hora y media.

El historial de golpes en la cabeza es bastante amplio y, según los expertos, pudieron ayudar a formar su personalidad. En la lista hay que incluir que, a los cinco años, se golpeó con un martillo en la cabeza, y que a los catorce años sufrió un grave accidente de bicicleta. Ya de adulto, se metió en infinidad de peleas. En una ocasión, durante un intento de robo, la policía le golpeó ocho veces en la cabeza con una barra de hierro.

Ya con doce años el joven Richard había empezado a consumir alcohol. Según él, su consumo era lo único que le ayudaba a soportar las fuertes jaquecas derivadas de todos esos percances. También indicó que era incapaz de contener su ira estando ebrio.

En 1961, cuando tenía veinte años, se casó con Shirley, que era cinco menor que él. Con ella tuvo una hija, Robbie Lynn. Sin embargo, tras maltratarla repetidamente, se divorció en 1966.

La noche de la masacre

Después del divorcio, Richard decidió marcharse a Chicago y trabajar de marinero. El 14 de julio de 1966, el barco pesquero en el había faenado durante varios días llegó a puerto y él decidió celebrarlo. ¿Cómo? Emborrachándose en los bares del paseo del lago Míchigan.

Su visita a Jeffery Manor

Dieron las once de la noche y a Richard se le ocurrió que perpetrar un robo era buena idea. Se dirigió a Jeffery Manor, un barrio en el que había un área residencial de estudiantes de enfermería. Eligió una casa y llamó a la puerta. Una mujer abrió directamente creyendo que se trataba de una compañera. Por desgracia, no lo era.

Richard empuñaba un arma y entró a la vivienda por la fuerza. Una vez dentro, reunió a las que creía que eran todas las inquilinas. En total, ocho mujeres a las que maniató con una sábana en el salón no sin antes obligarlas a que le diesen el dinero que tuviesen. La cantidad total no alcanzaba los cien dólares.

Violaciones y asesinatos

Era evidente que Richard estaba muy nervioso. De hecho, no dejaba de golpear el suelo con el arma mientras charlaba tranquilamente con las mujeres y les prometía que no les haría daño. Contó su plan, que era el de usar el dinero para viajar a Nueva Orleans.

Sin embargo, algo se torció repentinamente en la mente de Richard Speck. Tras un breve silencio, las violó, apuñaló y estranguló hasta la muerte.

Un grave error

Lo que Richard no sabía es que no había asesinado a todas las mujeres de la casa. Corazon Amurao, una de las jóvenes, se escondió bajo su cama nada más darse cuenta de lo que estaba pasando. Desde allí pudo verlo y oírlo todo.

Cuando estuvo segura de que todo había terminado y de que Richard se había marchado, dio la voz de alarma. Gritó desde una ventana hasta que una vecina acudió en su ayuda. Cuando llegó la policía, los agentes se encontraron con uno de los peores asesinatos en Chicago de toda su historia.

Arresto, condena y muerte

Corazon Amurao pudo dar una descripción detallada del asesino. De hecho, a través de su testimonio, los expertos consiguieron realizar un retrato robot. Sin embargo, el dato más importante que proporcionó fue el de un tatuaje que lucía Richard. En concreto, decía «Born to raise hell» o, lo que es lo mismo, “Nacido para desatar el infierno”.

Este dato permitió a los agentes identificar al asesino, pero ahora quedaba lo más difícil. Nos referimos, cómo no, a capturarle. Para ello, le tendieron una trampa mediante una oferta de trabajo en Nueva Orleans. Richard picó, pero no lograron cogerle.

El siguiente pasó fue hacer pública su identidad. Cuando Richard vio su cara en los informativos, intentó cortarse las venas. No lo consiguió, pero el conserje se dio cuenta de lo que estaba pasando y avisó a las autoridades.

El 15 de abril de 1967 fue declarado culpable y condenado a morir en la silla eléctrica. La fecha de la ejecución se fijó para el 22 de noviembre de 1968. Sin embargo, por temas burocráticos y diferentes recursos, nunca se produjo. Finalmente, falleció el 5 de diciembre de 1991 de un ataque al corazón en la prisión de Joliet.

El paradero del cadáver de Richard Speck nunca se dio a conocer. Al fin y al cabo, su caso despertó la indignación de la población estadounidense hasta tal punto que hubo que reforzar la seguridad durante el juicio. También se produjeron manifestaciones cuando, en 1972, la Corte Suprema de los Estados Unidos modificó la condena a muerte por la cadena perpetua. Sin duda, un caso aterrador y no exento de polémica.