Tras quince años preso, un 21 de junio fue puesto en libertad el llamado Descuartizador de Cádiz, un estudiante que secuestró a un amigo, lo asesinó y escondió sus restos en una obra en 1989. Fue un caso que tuvo aterrorizado a los gaditanos de la época.
Resolver este caso no fue complicado. Martín Montañés secuestró a su compañero Javier Suárez Samaniego, de 22 años, hijo del conocido arquitecto José Luis Suárez Cantero, pidió 12 millones de pesetas por su vida y facilitó un número de cuenta. Cuando al día siguiente el secuestrador fue a sacar el dinero de la recompensa de un cajero automático, la policía, que había identificado la cuenta y lo estaba esperando, lo detuvo.
El detenido confesó su crimen: no sólo había secuestrado a su amigo, sino que lo había matado hacía días. En concreto, lo descuartizó y esparció sus restos en bolsas en un lugar en obras. El móvil del crimen resultó ser puramente económico.
Fue condenado a 36 años de cárcel, pero tan solo cumplió quince porque supo aprovechar todas las reducciones de condena. A día de hoy, ‘El Descuartizador de Cádiz’ es un hombre libre.