Condenados (y ejecutados) que nunca fueron culpables

La inocencia es, en ciertas ocasiones, no tan fácil de demostrar. Cabe la posibilidad de que cuando un jurado, un juez o un tribunal emite un fallo de culpabilidad, se puedan cometer errores. No se debe olvidar que el sistema judicial está formado y gestionado por seres humanos. Y el ser humano es susceptible de cometer errores, negligencias y de caer en la corrupción. El sujeto al que se ha declarado culpable y puede ser inocente de facto: esa persona está en poder de la certeza, nadie mejor que ella lo sabe, pero no puede hacer absolutamente nada cuando, finalmente, se ordena su ingreso en prisión. ¿O sí?

 

Desafortunadamente hay ocasiones en las que las condenas por culpabilidad son condenas a muerte que se llegan a ejecutar, por lo que el daño producido en caso de error es totalmente irreversible.

 

Estos son 5 casos de condenas que, con el tiempo, demostraron ser erróneas.

 

Cameron Willingham

 

Cameron Willingham fue condenado a pena de muerte por el asesinato de sus tres hijos menores en 1992. Fue acusado de provocar un incendio en su casa para cometer el asesinato. Murió ejecutado con inyección letal en 2004. Sin embargo, en 2009, otro análisis encargado por el Estado de Texas demostró que las pruebas que se habían presentado para acusarle de provocar el incendio no fueron rigurosas. Al contrario de lo que dijeron los informes que sirvieron para acusarle, el incendio fue fortuito.

 

Willingham mantuvo su inocencia en todo momento, incluso rechazando un acuerdo que le conmutaría la pena de muerte por cadena perpetua si declaraba su culpabilidad. Mantener su inocencia eliminó la posibilidad ser exculpado.

 

Aunque la familia sigue luchando por su exoneración y un juez trató de conseguirla, todavía no se ha producido.

 

José Antonio Valdivielso

 

Este error judicial se saldó con una indemnización de más de 460.000 €. Aunque es menos de la mitad de lo que solicitaba José Antonio Valdivielso. Este hombre fue encarcelado en el año 2001 por dos atracos con violencia que no había cometido. Fue condenado a 13 años de prisión de los que cumplió nueve. Salió de prisión exculpado gracias a su padre, quien por su cuenta se encargo de investigar el caso y dar con el verdadero culpable.

 

Tras su salida de prisión, comenzó la lucha por su indemnización. Junto con sus abogados y su familia, consideraron que esta debía ser cercana a los 1,1 millones de euros, aunque el Estado no lo consideró así, puesto que finalmente consiguió 466.616 €. 143 € por cada uno de los días privado de libertad.

 

Rafael Ricardi

 

Rafael Ricardi cumplió tres cuartas partes de la condena que le había sido impuesta por una violación que nunca cometió. Cumplió 13 de prisión de los 18 a los que le condenó la Audiencia Provincial de Sevilla.

 

Todo comenzó cuando una mujer fue violada en 1995. Tras la detención de Ricardi, la mujer le identificó, lo que junto a un informe de Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla que había encontrado material genético suyo en restos de semen, su adicción a las drogas y la vida que llevaba durmiendo en la calle, provocó que lo encontraran culpable de la violación.

 

A pesar de que cinco años después otro análisis sobre el mismo semen demostró que el material genético encontrado no era suyo, la Audiencia no revocó su decisión, argumentando que el testimonio de la víctima era clave. Fue en 2007 cuando, tras la detención de un individuo por un delito cometido, se encontró que el ADN de este coincidía con el encontrado en cuatro investigaciones de violación, entre ellas por la que Rafael había sido encarcelado. En 2008 salió de prisión. En 2010 fue indemnizado con medio millón de euros y, tras otra sentencia de la Audiencia Nacional, se le duplicó la indemnización, superando el millón. Siendo la indemnización por error judicial más alta jamás concedida.

 

Rafael Ricardi trató de rehacer su vida, comprándose una vivienda y casándose de nuevo, pero en 2014 murió a los 54 años de edad (41 en libertad).

 

Dolores Vázquez

 

Uno de los casos más mediáticos de los últimos años en España que fue protagonizado por Dolores Vázquez. En el año 2000 fue encontrada culpable del asesinato de Rocío Wanninkhof, de 19 años, y condenada a 18 de prisión. Tras una estancia de 17 meses, apareció en escena Tony Alexander King. Tras ser detenido por la muerte de otra chica, Sonia Carabantes, se encontró que su ADN coincidía con el encontrado en una colilla en el lugar en donde se encontró a la joven Wanninkhof. Este confesó y detalló el asesinato por lo que fue condenado. Dolores Vázquez fue excarcelada e indemnizada con 120.000 €. Aunque Vázquez ha tratado de exigir una indemnización mayor, le ha sido denegada.

 

Teng Xingshan

 

Este caso se desmoronó por su propio peso cuando la mujer que supuestamente había sido asesinada y descuartizada en la década de los 80, reapareció. Desafortunadamente, Teng Xingshan ya había sido juzgado, condenado y ejecutado. Hubo errores a lo largo de todo el proceso, desde la identificación del cuerpo hasta la revisión de las pruebas.