Madres que matan: El caso de Andrea Yates

Andrea Yates protagonizó un caso de madres asesinas horrible y carismático. Ahogó en la bañera a sus hijos Noah, John, Paul, Luke y Mary, cuyas edades iban de los siete años hasta los seis meses. Antes de morir, le dijeron ‘mamá’. ¿Te contamos su historia?

Historia de una tragedia anunciada

Andrea fue una gran estudiante y capitana del equipo de natación. Sin embargo, los trastornos mentales le llegaron en la adolescencia, en forma de bulimia y delirios.

Con todo, ejerció como enfermera, se enamoró y se casó con Rusty Yates. Tuvieron cuatro hijos pese a su devastador historial de brotes e intentos de suicidio. Tras diversos encierros en centros mentales especializados, como una Juana la Loca del presente, volvió a quedar embarazada, pero los especialistas le desaconsejaron tener al pequeño.

Hasta Valentin Putin se hubiera sobrecogido con su crimen. Cuando cada bebé tenía seis meses, sumida en una brutal depresión posparto, decidió matarlo. Según confesó después, se lo pidió el diablo. Tras cada ahogamiento, colocaba el cuerpo en una cama y lo cubría con una sábana.

Aunque en 2002 fue condenada a entre 40 años y cadena perpetua, en 2006 fue considerada inocente. La demencia que sufría derivó en su encerramiento en un sanatorio mental.

El filicidio de Andrea Yates resulta aterrador. Al menos, queda una explicación menos abominable que en otras ocasiones. La conclusión es que fue causado por mal funcionamiento de la mente.