2006: Fidel cede al poder

A falta de dos semanas para cumplir 80 años y tras 47 en el poder, Fidel Castro se vio obligado a ceder temporalmente las riendas del Estado a su hermano Raúl el 31 de julio de 2006. El presidente de Cuba y comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias había sido operado de urgencia de una hemorragia intestinal y necesitaba tiempo y reposo para recuperarse. La inesperada noticia tuvo una enorme repercusión mundial y abrió grandes interrogantes sobre el estado de salud del mandatario, muy especialmente en La Habana, entre los exiliados cubanos y en Estados Unidos.
Era la primera vez desde 1959 que Fidel delegaba su responsabilidad como primera autoridad de la isla. Raúl Castro, de 75 años, el hombre designado para ejercer el cargo de Comandante en Jefe provisional, siempre había trabajado a la sombra de su hermano mayor desde los primeros años de la revolución.
En julio de 2006 ejercía de segundo secretario del Partido Comunista y de primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cargos que compaginaba con el de ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. De acuerdo con la Constitución, era el hombre encargado de suceder a Fidel.
El ex analista de la CIA Brian Latell, que poco antes había publicado un libro sobre los Castro, afirmaba que en los 47 años de Gobierno revolucionario en Cuba Raúl había sido el único dirigente «verdaderamente indispensable del régimen». Según Latell, sin el leal trabajo de su hermano, Fidel no hubiera podido mantenerse en el poder durante casi medio siglo.
Renuncia definitiva
La posibilidad de una Cuba sin Fidel al mando se confirmó el 19 de febrero de 2008. A cinco días de que la Asamblea Nacional del Poder Popular (el Parlamento del país) eligiera la nueva cúpula del Gobierno, el histórico dirigente cubano publicó un artículo en la revista Granma en el que comunicaba que no se presentaría a la reelección como presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe.
El 24 de febrero, Raúl Castro se convirtió en el 23er presidente de Cuba y, desde entonces, ha impulsado algunas medidas de cierto aperturismo en el régimen cubano.