¿De dónde vienen los platillos volantes?

¿De dónde vienen los platillos volantes? La pregunta suscitará una sonrisa en los agnósticos y razonarán que proceden de la imaginación del ser humano. Otros, más fervorosos, creerán que son originarios de algún planeta situado en cualquier lejana galaxia del universo. Pero no. El término o designación de platillo volante para referirse a un OVNI (Objeto Volante No Identificado) surgió en Estados Unidos, dos años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial.

El 24 de junio de 1947 un adinerado hombre de negocios, llamado Kenneth Arnold, sobrevolaba con su avioneta las Montañas Cascade, al sur del estado de Washington. Todo transcurría de manera normal cuando el susodicho avistó nueve objetos muy extraños que se deslizaban a gran velocidad y no guardaban ningún parecido razonable con las aeronaves de la época. Al aterrizar en Pendleton, una pequeña localidad en el norte de Oregón, intentó explicar en la oficina local del FBI lo que había ocurrido. Sin embargo, la comisaría se encontraba cerrada y decidió hacerlo público a través de la prensa.

Entusiasmado con dar a conocer su insólito incidente, Arnold se encaminó a la redacción del East Oregon. Allí, el periodista Nolan Skiff y su compañero Bill Bequette escucharon su relato: “los objetos volaban erráticos, como el efecto de un platillo si lo lanzas sobre el agua”. No obstante, Skiff y Bequette lo exponían así en la portada del diario el 26 de junio: “El testigo dijo haber visto a las 15 horas de ayer nueve aeronaves con forma de platillo que volaban en formación, muy brillantes -como si fueran de níquel- y volando a inmensa velocidad”.

Igualmente, y no contento con la primera alteración de la historia, Bequette pasaría una nota a la agencia Associated Press confirmando por su cuenta la forma de las aeronaves: “Nueve objetos brillantes con forma de platillo volando a increíble velocidad a 10.000 pies de altura han sido vistos hoy por Kenneth Arnold, de Boise (Idaho), piloto que ha dicho que no puede aventurarse a decir qué eran”.

En los días sucesivos a la noticia, muchos testigos aseguraron haber divisado platillos voladores en el cielo. Incluso se registró el primer fraude de la ufología: el caso de la isla Maury.

Intencionado o no, este error semántico propinó la aparición de uno de los mayores mitos de la historia: el platillo volante. Para evitar que ocurra algo parecido, Giorgio Tsoukalos analiza enormes construcciones de piedra y monolitos para preguntarse qué llevo al ser humano a construirlos, y si tienen alguna relación con la posible vida alienígena. No te pierdas el estreno de Alienígenas, La evidencia definitiva este domingo 7 de agosto a las 22:00h.