Durante la tarde de ayer, 28 de octubre, todo estaba preparado en las instalaciones de la NASA en la Isla Wallops, Virginia, para que el cohete no tripulado Antares llevara a cabo su misión de partir hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) con material de abastecimiento. Pero apenas 6 segundos después de su despegue, explotó.
A pesar de los daños materiales, por lo menos no ha habido ningún herido en el accidente, dado que la nave iba sin pasajeros.
Tras cuatro décadas de investigaciones y avances sobre este tipo de tecnología, las misiones espaciales siguen suponiendo un gran peligro y un gran coste, y es que poner un cohete en órbita no es nada barato ni sencillo. Prueba de ello es este cohete cuya misión era poner en órbita a la nave Cygnus que llevaba suministros a la Estación Espacial Internacional.
Antares era un cohete diseñado y fabricado por la compañía privada Orbital Sciences Corporation, que según ha explicado, las averías técnicas aún no identificadas serán investigadas para analizar lo ocurrido.