La medicina en la Primera Guerra Mundial

A pesar de que durante la Primera Guerra Mundial no se conocían los antibióticos, muchas de las principales enfermedades infecciosas pudieron ser combatidas con métodos científicos.

 

A comienzos de 1915, el soldado Ernest Cable llegó al Grand Hotel de Wimereux, reconvertido en hospital, con diarrea sangrante y calambres estomacales. Tras diagnosticarle disentería, Cable murió unas semanas después.

Tan solo 20 años antes de morir Cable, lo hizo Louis Pasteur. Los médicos aún se estaban familiarizándose con su gran aportación a la ciencia: el descubrimiento de que son los microoganismos, y no los espíritus o un mal aire, los que están detrás de las enfermedades infecciosas.

 

Uno de esos médicos decidió aislar la bacteria que mató a Cable, lo que permitió estudiar y saber mucho más sobre esta enfermedad que aún afecta a millones de personas.

Ese cultivo que a día hoy sigue vivo, fue uno de las primeros en llegar a la recién creada Colección Nacional de Cultivos Tipo, el primer centro creado en el mundo para estudiar muestras de bacterias y otros patógenos.

 

Fuente: El País