Las ollas exprés

El origen de las ollas exprés se encuentra en las investigaciones acerca de la presión y el vapor que se estaban realizando en el siglo XVII. Sin embargo, has de saber que, en aquellos momentos, el invento resultó bastante peligroso, por lo que no se popularizó hasta mucho después.

La historia de las ollas exprés

A finales del siglo XVII, Boole y Hooke se encontraban investigando aspectos relacionados con la presión y recibieron la visita del francés Denis Papin. Este tomó buena nota de las avances de estos dos y creó la primera olla exprés de la historia a la que llamó digestor en 1679.

Por aparatoso y peligroso, el invento se quedó en una simple curiosidad. Posteriormente, pasó a ser útil, pero solo en la industria del enlatado y como un aparato verdaderamente complicado de usar y cargado de riesgos.

Pero la evolución de las ollas exprés cambió a mediados del siglo XX con la invención de las juntas flexibles y de otros dispositivos, como, por ejemplo, la válvula. De este modo, se conseguía eliminar el riesgo de explosión y el mecanismo se hacía algo tan sencillo como el que ahora conocemos.

Así, aunque el origen de las ollas exprés esté en el siglo XVII, lo cierto es que no consiguieron entrar en las cocinas de todo el mundo hasta el siglo XX gracias a diversos adelantos.