Lo que sabemos y lo que no sabemos de la tumba de Cervantes

Hace unas semanas os adelantábamos el descubrimiento de la posible tumba de Miguel de Cervantes, y desde ese mismo momento, como todos los medios españoles hemos estado esperando una confirmación que no ha llegado ¿o sí?

 
Según el director de la investigación, no está garantizado al cien por cien que los restos hallados sean de Miguel de Cervantes Saavedra, pero “es posible” que “algunos fragmentos” de huesos hallados en la iglesia de las Trinitarias, de Madrid, pertenezcan al autor de El Quijote.

 
Entonces, ¿por qué no han podido confirmarlo definitivamente? Porque por el momento se carece de elementos de cotejo, como el ADN. Pese a ello, los investigadores admiten que no hay discrepancia en torno a la localización de los huesos.

 
Lo que si sabemos:

 
– Los restos de Miguel de Cervantes (1547- 1616) se encontrarían fragmentados y mezclados con los de otros 16 difuntos, incluida su esposa. Los restos fueron reunidos en torno a 1730, un siglo después de la muerte del escritor junto con desechos de unas prendas litúrgicas, además de una moneda de 16 maravedíes de finales de siglo XVII, de la época de Felipe IV, que coincide con la época en que se debieron trasladar los restos.

 

– El ataúd con las iniciales M.C. hallado durante la investigación pertenece a una época muy posterior. Las iniciales con tachuelas pudieron ser añadidas con la intención de que durante futuros traslados no se extraviaran sus restos.

 

Presumiblemente habrá una tercera fase, en la que se completarán las prácticas de laboratorio que hasta ahora no han podido realizarse.

 

Fuente: EL PAÍS