Los correos de Hillary Clinton

El FBI irrumpió en el proceso electoral de los Estados Unidos, para investigar los emails de la candidata Hillary Clinton. Aunque el FBI ya haya eximido de toda culpabilidad a Clinton, demostraron que hubo una gran irresponsabilidad en la gestión de sus comunicaciones.

Después del escándalo de WiKiLeaks con Rusia, el FBI creyó necesario la investigación de los correos de la candidata demócrata, por si hubiese habido alguna filtración de información confidencial.

Al contrario de Rusia, donde el Gobierno americano acusa al Gobierno ruso de ciberataques, para influir en las elecciones a favor de Trump, no se trataba de una acusación oficial, por lo que esta intervención de las autoridades se vio por muchos como una ayuda a favor del partido republicano. Trump el candidato opositor a Hillary, utilizó esta acusación en contra de la demócrata durante la campaña de las elecciones.

Todo comenzó en 2009, cuando Clinton fue nombrada secretaria de Estado y rechazó el correo electrónico oficial, al igual que el móvil otorgado por el Estado, para el desarrollo de sus funciones políticas. Para justificarlo dijo que no quería cargar con dos dispositivos.

Por lo tanto, la dirección electrónica de la secretaria estuvo alojada en su casa, en el Macintosh de Apple que compartía con Bill Clinton. Durante este tiempo Hillary  tuvo a dos empleados ocupándose del mantenimiento  del sistema. Hillary contrató a Platte River Networks en el 2013 para el mantenimiento del servidor, para ello la empresa trasladó el alojamiento del servidor a su sede contando con todos los datos que tenía Hillary en su email.

El escándalo se produjo porque los servidores centralizan toda la información de sus comunicaciones online, lo que los convierte en un claro objetivo para cualquier hacker. El FBI ha visto que no hay ningún indicio de que nadie hackeó la cuenta de la candidata actual a la presidencia, sin embargo, dio a entender que los secretarios deben utilizar los sistemas del Gobierno ya que son más seguros y están reforzados impidiendo el borrado de los emails.

Este entramado se descubrió en el 2013 cuando el Gobierno se dio cuenta de que la candidata nunca usó la dirección electrónica que le dio. Desde entonces se han recuperado unos 60.000 mensajes sin ninguna información relevante, pero hay otros 33.000 que la candidata borró, según ella, por error.

Fuente imagen: DonkeyHotey // (CC BY 2.0)