5 películas imprescindibles sobre pintores y su arte

Un 25 de octubre, concretamente el de 1881, nacía Pablo Picasso, uno de los artistas más famosos de nuestro país y quien muchos consideran el pintor más grande de la historia. Desde SundaceTV aprovechamos este importante aniversario para incidir en la fascinación que el arte pictórico parece haber ejercido sobre algunos realizadores cinematográficos y te proponemos 5 filmes que no deberías perderte si amas tanto la pintura como el cine.

El sol del membrillo, de Víctor Erice (1992)

Una de las indiscutibles obras maestras del cine español, galardonada con el Premio del Jurado en Cannes, la cinta se centra en el proceso creativo de Antonio López, enfrentado al lienzo en blanco y al reto de captar en él un árbol (un membrillero) que hay en el patio de su casa. A medio camino entre el documental, el relato fantástico y el cine experimental, contiene una reflexión pausada, honesta y lírica sobre el arte en general, y consigue captar magistralmente la esencia del realismo mágico de la obra de López.

El amor es el demonio, de John Maybury (1998)

Centrada en la tormentosa relación entre Francis Bacon (Derek Jacobi) y George Dyer (Daniel Craig), un ladrón que entró en casa del pintor y acabó convirtiendo en su amante, el filme recrea, mediante la magnífica fotografía de John Mathieson, la textura visceral –porque de sangre, carne y dolor se trata– de los cuadros de Bacon. Maybury, pintor él mismo, se sumerge en la mente y en el alma del artista británico para construir una pieza incómoda, violenta y desgarrada, que, como la obra de Bacon, recuerda que el amor puede ser muy destructivo porque, en el fondo, vivir significa sufrir.

Ebrio de mujeres y pintura, de Kwon-taek Im (2002)

Biografía del pintor Jang Seung-up (Min-sik Choi), una de las figuras más relevantes del panorama artístico de la Corea del siglo XIX, combina el relato intimista de un personaje, marcado por la humildad de sus orígenes y los excesos propios del genio, con el retrato de una época convulsa de la historia del país asiático. La estilizada realización del prolífico Kwon-taek Im y el colorismo de las imágenes evocan la obra de Jang y convierten el filme en un verdadero placer para los sentidos.

La ronda de noche, de Peter Greenaway (2007)

Cineasta formado como pintor, Greenaway nos ofrece otra de sus películas totales, en las que todas las instancias del discurso –música, fotografía, vestuario, interpretaciones…– dan lugar a un portentoso espectáculo visual, tan enigmático y desmedido como fascinante, que recrea la vida y obra de uno de los grandes maestros de la pintura occidental, Rembrandt (Martin Freeman), y en concreto el período en torno a la realización de uno de sus cuadros más celebrados, La ronda nocturna (1642).

Shirley, Visions of Reality, de Gustav Deutsch (2013)

Acabamos este recorrido por el cine y la pintura con una obra de un marcado radicalismo formal, puesto que la película consiste, básicamente, en la “animación” de trece cuadros de Edward Hopper, interconectados por una leve trama. El estatismo de cada uno de los segmentos y la ausencia de la profundidad de campo –recursos impuestos por la premisa de la que parte el filme– equiparan la pantalla con el lienzo e inciden en los puntos de contacto que guardan dos artes visuales como la pintura y el cine.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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