5 películas sobre historias de amistad

El 30 de julio se celebra el Día Internacional de la Amistad. No hace falta que señalemos la importancia que tienen los amigos para poder llevar una vida plena, pues sin ellos resulta difícil divertirse, pero, también, contar con complicidad, aceptación y, si es necesario, un hombro sobre el que llorar. Por ello, te sugerimos 5 películas donde la amistad juega un papel protagonista, y además te recomendados que las descubras o revisites en compañía de buenos amigos.

El club de los cinco, de John Hughes (1985)

Hughes nos ha legado algunos de los clásicos de la comedia teen, bien con sus guiones siendo dirigidos por otros –La chica de rosa (1986)–, bien con él mismo tras las cámaras –Todo en un día (1986)–; pero su mejor película es la que nos ocupa, dado que atesora una reflexión, realmente lúcida y madura, y por momentos hasta amarga, sobre la presión de los condicionantes familiares y sociales para desarrollar plenamente la propia personalidad. Una obra imprescindible como canto a la amistad en tanto poder de autodescubrimiento y mejora.

Adiós, muchachos, de Louis Malle (1987)

La estrecha relación que se establece entre Julien (Gaspard Manesse) y Jean (Raphael Fejtö) en un internado católico para chicos durante la ocupación alemana de Francia da lugar a una película poética, tierna y extraordinariamente conmovedora, en la que temas como la lealtad y la traición, la pérdida de la inocencia o el miedo son tratados con una admirable naturalidad. Cinta de ritmo pausado, encaminada a su desgarrador final, traza un alegato, tan sutil como emotivo, a favor de la tolerancia y la amistad.

Dead Man, de Jim Jarmusch (1995)

Si hay un género en el que la amistad se exalta, es el del wéstern. Los ejemplos abundan: Río Bravo (1959) de Hawks, Duelo de titanes (1957) de Sturges, Dos cabalgan juntos (1961) de Ford, Grupo salvaje (1969) de Peckinpah… Jarmusch, en su recreación posmoderna de las películas del Oeste, dibuja una amistad imposible entre un contable recién llegado del Este (Johnny Depp) y un indio experto en la lengua de Shakespeare (Gary Farmer). No por casualidad, todo ello remite al universo onírico y alucinado de la obra de William Blake, pues tal es el nombre del contable, a quien asiste su amigo Nobody (“Nadie”).

4 meses, 3 semanas, 2 días, de Cristian Mungiu (2007)

Estamos ante un drama minimalista y austero, sin acompañamiento musical, sin trucos melodramáticos y casi sin acción, que narra la historia de dos amigas durante los últimos coletazos del régimen soviético en la Rumanía de mediados de los años 80. Arriesgando cuanto tiene, Otilia (Anamaria Marinca) decide ayudar a Gabita (Laura Vasiliu) a abortar ilegalmente, para lo que contactan con un tal Sr. Bebe (Vlad Ivanov).

Pocas veces un filme atrapa tanto al espectador como este, y más allá del retrato de su desoladora realidad social, logra implicarnos en ese lazo de amistad de sus protagonistas, casi lo único que parece ayudarlas a sobrevivir.

El gran hotel Budapest, de Wes Anderson (2014)

El Sr. Moustafa (F. Murray Abraham) rememora su juventud cuando solamente era el inmigrante ilegal Zero (Tony Revolori) y fue acogido bajo el ala del legendario conserje del Gran Hotel Budapest, Gustave H (Ralph Fiennes). El estrecho vínculo de confianza que se establece entre ambos personajes, a pesar de ser de razas, edades, gustos y orígenes tan dispares, demuestra que la amistad es una fuerza capaz de vencer todas las barreras. Una película deliciosa y profundamente melancólica, quintaesencia del toque Anderson.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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