Roland Barthes es uno de los grandes teóricos del siglo XXI. Su vida estuvo marcada por la enfermedad y la fatalidad –paradójicamente falleció víctima de un atropello enfrente de su lugar de trabajo, en la Sorbona—, algo que marcó el carácter de este filósofo parisino que nació el 15 de junio de 1915 en Cherburgo.
La tuberculosis y las dos grandes guerras en territorio europeo erosionaron sobremanera su presente y su futuro. También sirvieron de sustrato para una serie de trabajos que iban desde el ensayo y la crítica, hasta obras, en menor cantidad, de ficción y no-ficción.
El cine, la literatura, las artes plásticas, la fotografía… Cualquier expresión artística o simbólica fue objeto de su estudio. Unos intereses que se correspondían en sus textos, de clara vocación divulgativa. De entre sus obras de ficción, destacamos Fragmentos de un discurso amoroso (Fragments d’un discours amoureux, 1977), germen para varias obras románticas posteriores y en la que se basa uno de los mejores filmes de Claire Denis: Un sol interior (2017), que podrán ver durante este mes en la parrilla de SundanceTV.
La directora gala le devuelve la mirada a Barthes ante todo en su epílogo, con un Gérard Depardieu desatado en un monólogo sobre las relaciones esencial. Un sol interior es la mejor la traslación de su obra a la pantalla. Son escasas las adaptaciones directas o, por decirlo de otra manera, autorizadas, de la bibliografía de Barthes.
A continuación, les presentamos las más accesibles:
Un sol interior, 2017
La visión del romance de Barthes, muy afrancesada, por momentos pedante y excesiva, completa los poros del metraje de la magnífica película de Claire Denis, que narra los avatares amorosos de una directora de teatro. Divorciada y en el mejor momento de su carrera profesional, Isabelle necesita algo más. Esa persona con la que compartir pequeños instantes en los espacios que deja su trabajo y su hija ya adolescente. Sin embargo, cada nuevo paso, por muy seguro que sea, se torna en decepción rápidamente. ¿Son los tiempos o es ella? La única salida es la espontaneidad y dejar que todo fluya. Juliette Binoche –nominada al European Film Award por este papel— está impresionante en este retrato contemporáneo del romance. Para el recuerdo queda la escena en la que baila en solitario en una discoteca. El cuerpo pide bailar con ella.
Mouvements du désir, 1994
El amor rotura los intereses de Barthes. Esta modesta adaptación de, de nuevo, Fragmentos de un discurso amoroso, narra cómo se van consolidando los sentimientos de una joven pareja que se conoce en un trayecto en tren desde Montreal a Vancouver. El filme está protagonizado por Valérie Kaprisky, Jean-François Pichette y Jolianne L’Allier-Matteau, y dirigido por Léa Pool, una directora que sigue en activo. Entre sus valores, encontramos una preciosa partitura de Zbigniew Preisner.
Le sport et les hommes, 1961
En este caso, nos encontramos algo inédito, porque no se repitió en su carrera. La labor de Barthes como guionista, con un libreto para este documental de Hubert Aquin que narra la consolidación del deporte como entretenimiento de masas tras la II Guerra Mundial. Una obra de la que cuesta encontrar copias y emergió dentro la efervescencia creativa del literato galo.
Twitter: @eamcinema | Park City, Utah.
Más en el blog: Las esenciales de Lynn Shelton
