Cine italiano siglo XXI: sus mejores directores

Sería injusto hablar de grandes directores del cine italiano reciente cuando en este siglo XXI cineastas como Bernardo Bertolucci, Ettore Scola, Franco Piavoli, Giuseppe Tornatore, Marco Bellocchio, Nanni Moretti, Ermanno Olmi o los hermanos Taviani han seguido aportando nuevas piezas a su filmografía. Algunos de ellos ya no se encuentran entre nosotros pero su legado sigue vigente para las nuevas generaciones. Mientras las últimas camadas se asientan y confirman las expectativas, hablar de la Italia cinematográfica es hacerlo de nombres recurrentes y fácilmente reconocibles en cualquier compilación o listado sobre los baluartes patrimoniales de su cine.

En los últimos años, como ocurre con la factoría autoral española, se ha cuestionado tanto el presente como el futuro del cine transalpino. No importa que sus propuestas comerciales sigan copando los puestos altos del box-office local o que los estandartes del cine de autor sigan siendo importantes en las grandes plazas de la exhibición del viejo continente. Es el resultado de mirar constantemente atrás, de intentar reactivar antiguas inercias y buscar un momento que jamás se podrá emular. Agoreros o críticos exacerbados aparte, con los siguientes nombres que exponemos no podemos más que subrayar el gran momento del cine italiano; siempre combativo, siempre valiente, siempre dejando espacio al virtuosismo. En un milenio donde se estrenó una obra maestra como Soñadores (Bernardo Bertolucci, 2003), todo puede saber a poco pero, sin embargo, resulta indudable de que Italia sigue exportando joyas que el tiempo seguramente pondrá en su sitio.

A continuación, los cincos realizadores más representativos de lo que llevamos de siglo.

Matteo Garrone

Tras cuatro largometrajes que presentaron su apellido por algunos festivales europeos, entre ellos la sección oficial de la Berlinale, Matteo Garrone saltó a la primera división con la mediática Gomorra (2008), traslación polémica del libro de Roberto Saviano, que le granjeó al autor no pocas enemistades con la Camorra italiana. Mientras el escritor ha pasado media vida en las sombras, Garrone se ha erigido como uno de los grandes creadores de su país aunque con la sensación perenne de que su gran obra está aún por llegar. Cualquiera lo diría viendo la sensacional Dogman (2018).

Roberto Andò

Veterano realizador firmante de uno de los hitos comerciales más importantes de los últimos años: Viva la libertad (2013), siempre con su amigo Toni Servilio a su lado. A partir de ahí, trabajos acomodaticios de carácter plenamente local, pese a haber sido exhibido en certámenes de categoría A como Karlovy Vary o la Mostra de Venecia.

Paolo Virzì

Y si hablamos de esencia comercial, Paolo Virzì es el paradigma de ello. Filmes como El capital humano (2013), Locas de alegría (2016) o El viaje de sus vidas (2017), auténticos llena-salas, han encontrado una segunda vida fuera de las fronteras italianas. En España, por ejemplo, su cine es bastante apreciado por el público maduro. Algo lógico atendiendo a los personajes habituales de sus cintas: hombres y mujeres que, cerca de la senectud, se encuentran a la deriva.

Paolo Sorrentino

Es el gran director italiano del siglo XXI. Con una filmografía llena de títulos en los que convergen el exceso con el magnetismo. Es complicado elegir su mejor película. Para nosotros, sin duda, es La gran belleza (2013), ganadora del Óscar a mejor cinta de habla no inglesa y del máximo galardón de los European Film Awards. Su último encargo, El joven papa-El nuevo papa, un díptico serializado protagonizado por Jude Law y John Malkovich, es una de las grandes aportaciones a la pequeña pantalla de los últimos tiempos.

Luca Guadagnino

Otra de las firmas ineludibles de la ficción transalpina. Creador de una de las obras maestras del último siglo: Call me by your name, la adaptación de la novela homónima de André Aciman. La magnífica película protagonizada por Timothée Chalamet y Armie Hammer, multinominada al Oscar, es el puntal de su filmografía pero no la única obra relevante: Yo soy el amor (2009), Cegados por el sol (2015) o el remake de Suspiria (2018). Trabajos a revisar mientras llega el nuevo encuentro entre Elio y Oliver. Estaremos esperando en primera fila.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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