Grandes actores belgas de todos los tiempos

La semana pasada, en este breve ciclo sobre el cine belga, comenzábamos con una obviedad: Bélgica es un país pequeño. Y geográficamente así es. También lo es su tradición fílmica, siempre opacada tanto por la industria francesa como por la neerlandesa. De esta forma, en ocasiones, cuando nos preguntamos por actores y directores del país del Benelux siempre surge la duda de si su nacionalidad corresponde a la de los citados países. En la siguiente selección de intérpretes, tenemos varios ejemplos. Y, entre ellos, una sorpresa inesperada para nuestros lectores. A continuación, a la vez que les recomendamos Floodland en SundanceTV, les ofrecemos la relación de nuestros actores belgas favoritos. Casi todos contemporáneos, sí, pero el ejemplo clásico es todo un paradigma. Quién se lo iba a decir.

Cécile de France

Actriz nacida en Namur, Valonia, pero que ha desarrollado gran parte de su carrera en Francia. La descubrimos en la singular cinta de terror Alta tensión (2003) y nos enamoramos de ella en la magnífica –para esta cabecera una de las mejores películas del siglo XXI— El niño de la bicicleta, de los hermanos Dardenne. Pese a su juventud ha trabajado con los mejores en Europa. No hay papel que se le resista, como podemos apreciar en su colaboración con Paolo Sorrentino en The Young Pope-The New Pope.

Matthias Schoenaerts

Actor de físico rotundo que lo encuadra en una tipología de personajes muy concretos de los que se desmarca con talento, como demostró en la infravalorada adaptación de Thomas Vinterberg de Lejos del mundanal ruido de Thomas Hardy. Antes, lo conocimos en Bullhead, película nominada al Oscar foráneo, y lo disfrutamos en De óxido y hueso, de Jacques Audiard. Su mejor papel, sin embargo, lo encontramos en Maryland, de Alice Winocour.

Audrey Hepburn

Esto no se lo esperaban, ¿verdad? Audrey Hepburn nació en Bélgica, concretamente en Bruselas. Tiene la doble nacionalidad belgo-británica. Sobran las palabras para definir la carrera de la que es probablemente el Icono de la historia del cine. Trabajó esencialmente en Estados Unidos y Reino Unido. Nunca lo hizo en su país natal. Aun con ello, es profundamente admirada allí. La casa de su infancia se ha convertido en un lugar de encuentro turístico.

Jérémie Renier

Como Cécile de France, otro actor que ha desarrollado su carrera en Francia y al que cuesta asociar con Bélgica pese a trabajar habitualmente con Jean-Pierre y Luc Dardenne. Lo descubrimos con El niño y El pacto de los lobos. Ha colaborado con los mejores realizadores franceses. Su mejor interpretación la encontramos en la notable El amante doble de Ozon. Hace una semana estrenó en la Berlinale la humanística Albatros, en la que da vida a un policía de provincias cuya vida cambiará tras un accidente.

Benoît Poelvoorde

Es el actor más representativo de Bélgica en la actualidad. El público español lo conoce gracias a sus trabajos para Jaco Van Dormael, especialmente por El nuevo nuevo testamento (2015), en la que encarna a nada más y nada menos que a un dios terrenal que vive en Bruselas. El filme pasó con aplausos por el Festival de Sitges y fue una de las películas que conquistó al público en el circuito de festivales en 2015. Poelvoorde, además, ha trabajado con Quentin Dupieux, Félix Moati, Xavier Beauvois o Anne Fontaine, dentro de una carrera centrada en el género de la comedia.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.