Las 5 mejores películas de Steven Soderbergh

Hoy, 14 de enero, cumple años Steven Soderbergh, uno de los directores más eclécticos y personales del cine independiente norteamericano. Soderbergh, que ha dado varias veces marcha atrás a retiradas prematuras, trabaja en la actualidad lejos del maremágnum de las políticas de estudio y siempre con el deseo de innovar, desde lo técnico, desde lo narrativo, ofreciendo historias ordinarias devenidas extraordinarias gracias al pulso de un cineasta que logró con la serie The Knick su cota más alta de brillantez. Sus escarceos por el universo televisivo han sido recurrentes a lo largo de carrera aunque, para celebrar su aniversario, vamos a centrarnos en la ficción en gran formato con su firma y elegimos sus cinco mejores largos.

Sexo, mentiras y cintas de vídeo (1989)

Sería imposible entender el cine de Soderbergh pasando por alto esta comedia dramática protagonizada por James Spader y Andy McDowell. Todo un clásico de culto que obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cannes y fue nominada al Oscar al mejor guion. Una carta de presentación ficcional al alcance de muy pocos que, por otra parte, supuso un listón que, para muchos, el cineasta nunca logró sobrepasar.

Traffic (2000)

Es su éxito comercial más importante, aupado por los cuatro Oscar –entre ellos el de mejor director— y su Oso de Plata en la Berlinale. Su impresionante elenco, con Michael Douglas, Benicio del Toro, Don Cheadle, Catherine Zeta-Jones y Dennis Quaid, entre otros, articulaba este thriller criminal de historias cruzadas que se ganó a la crítica en el año 2000.

El soplón (2009)

Es quizás su último y sólido intento de figurar en la carrera al Oscar. De nuevo en comedia, adaptando las vivencias de un bioquímico transformado informante del FBI que desenmascara la corrupción en el sector agrícola estadounidense. La interpretación y caracterización de Matt Damon es, sin duda, uno de los puntos fuertes de un filme que subraya el carácter crítico de la narrativa del cineasta de Atlanta.

Magic Mike (2012)

Hit inesperado que rescató para el escenario de premios a Matthew McConaughey y descubrió al gran público a Riley Keough. Una vez más, Soderbergh retratando la cotidianidad, en este caso la de un grupo de strippers, de forma brillante, con diálogos originales que daban salida a las inseguridades de la clase medio-baja. La escena final es magnífica.

High Flying Bird (2019)

Al igual que Moneyball desvelaba en qué se convertiría el deporte moderno, la penúltima película, hasta el momento, de Soderbergh ahonda en uno de los atractivos para el público de los deportes colectivos de masas: los traspasos. El filme se ubica en la crisis que se vive tras el cierre patronal de la NBA, que lastra las opciones de un agente en horas bajas de hacer un buen negocio con una de las promesas del país. André Holland destaca en esta película compleja pero magnética, que ofrece una jocosa panorámica sobre el esclavismo neomilénico.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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