Otto Preminger: sus mejores películas

El 23 de abril de 1986 falleció Otto Preminger. Con su muerte decíamos adiós a uno de los cineastas más importantes del Hollywood clásico, que rubricó una excelente y muy variada filmografía que tuvo su punto final en 1979 con El factor humano. Su trayectoria es otra variante más de la emigración de centroeuropeos a la Meca del cine. Preminger, nacido el 5 de diciembre de 1905 en Wiznitz, Austria, pertenecía a una familia judía huida a Graz tras el comienzo de la I Guerra Mundial. Un desarraigo que se extendió en los primeros años de su vida laboral, cuando siendo un reputado director teatral se sumergió en la ficción audiovisual con The Great Love (1931), con la que consiguió fama en Austria y atrajo el interés de los mecenas norteamericanos.

Fueron Joseph Schenck y Darryl F. Zanuck, cofundadores de la Twentieth Century-Fox, los que convencieron a este joven austríaco de exiliarse a Estados Unidos en 1935, poco antes de que brotara la tensión en Europa previa al comienzo de la segunda gran guerra. Under your Spell (1936) fue su primer trabajo al otro lado del Atlántico y el comienzo de una carrera con altibajos pero dotada de grandes títulos. Fue tres veces nominado al Oscar a mejor dirección (Laura, El cardenal y Anatomía de un asesinato) y fue considerado un cineasta de prestigio –entre otros, por los cahieristas— pese a que su rigor en el set le otorgó el sobrenombre de Otto «el Ogro».

A continuación, elegimos sus mejores filmes.

Laura, 1944

Es su mejor película. Una de las cumbres del noir protagonizada por una inmensa y magnética Gene Tierney. La traslación de la novela de Vera Caspary fue candidata a cinco Oscars, de los que consiguió el de mejor dirección de fotografía para David Raksin, uno de los responsables de este ejercicio de estilo donde se funde lo onírico con el misterio.

Al borde del peligro, 1950

De nuevo con Dana Andrews y Gene Tierney en otra muestra de cine negro que adaptaba la prosa de William L. Stuart, que retrata cómo Mark Dixon, un impetuoso policía, mata por error a un sospechoso, esconde su cadáver y consigue que culpen a un taxista del crimen. Por supuesto, el amor se cruzará en su camino y de la forma más compleja posible. Grandes interpretaciones para este trabajo lleno de matices y giros narrativos.

Cara de ángel, 1952

Filme para RKO Pictures protagonizado por Robert Mitchum y Jean Simmons que relata cómo un conductor de ambulancias acaba siendo el chófer de una familia tan acaudalada como inestable. Otro hito del cine negro con un Mitchum, y esto no es noticia, en estado de gracia. Una obra que cuenta con la excelente partitura de Dimitri Tiomkin.

Buenos días, tristeza, 1958

Coproducción con Reino Unido auspiciada por Columbia Pictures que logró el interés por el cine de Preminger de la crítica europea por su vocación autoral. Un viaje al verano de la riviera francesa con esta historia encabezada por Jean Seberg, David Niven y Deborah Kerr, que dan vida a este trío que conforma una «familia» de urgencia y mal avenida. Una obra capital.

Anatomía de un asesinato, 1959

Uno de los grandes dramas judiciales de la Historia que obtuvo siete nominaciones al Oscar –entre ellos el de mejor película. El gran James Stewart caracteriza a Paul Biegler, un abogado conocido por su honestidad que tendrá que ocuparse de la defensa de Frederick Manion (Ben Gazzara), un oficial del ejército acusado del asesinato del presunto violador de su mujer. Una película para la que no pasa el tiempo, como el cine de Preminger.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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