Acuerdo histórico entre Israel y el Vaticano

El 30 de diciembre de 1993 los Estados de Israel y el Vaticano firmaron un acuerdo histórico en Jerusalén por el que se abrió la vía al establecimiento mutuo de relaciones diplomáticas. Ambos países se comprometieron a combatir el antisemitismo y el racismo así como a promover el diálogo como vía para la resolución de conflictos políticos entre Estados frente a la violencia. El acuerdo, de 16 cláusulas, supuso el reconocimiento de la libertad de presencia y acción de la Iglesia Católica y sus instituciones en suelo israelí, a cambio del compromiso de no injerencia de la Santa Sede en las disputas territoriales de Israel. El acuerdo se interpretó como una reconciliación entre la Iglesia Católica y el pueblo judío.