Aprobado el sufragio femenino en España

El 1 de octubre de 1931 se aprobó el sufragio femenino en España. A partir de ese día, toda mujer mayor de 23 años tendía el mismo derecho a votar que cualquier hombre.

El debate comenzó un día antes, el 30 de septiembre. Fue intenso y estuvo repleto de cruces de opiniones. El mismo fue protagonizado por dos mujeres, las dos feministas, pero con opiniones opuestas. Estas eran Victoria Kent y Clara Campoamor.

Antes de 1931, cuando llegó la Segunda República, el sufragio femenino no estaba en las órdenes del día del parlamento. Fue la llegada de la Segunda República el 14 de abril de 1931 cuando se empezó a hablar acerca del voto de las mujeres. Ya en las elecciones a las Cortes Constituyentes se permitió el sufragio pasivo, es decir: las mujeres mayores de 23 años podían presentarse como candidatas, y este fue el comienzo de todo. Tras las elecciones, tres mujeres consiguieron un escaño: Margarita Nelken por el PSOE, Clara Campoamor por el Partido Radical y Victoria Kent por el Partido Republicano Radical Socialista. Fueron estas dos últimas quienes protagonizaron, con discursos opuestos, el debate ocurrido el 1 de octubre de 1931. Pero además de sus discursos, hubo otros reseñables por parte de otros diputados.

Roberto Novoa Santos, de la Federación Republicana Gallega, se pronunció con un discurso que afortunadamente hoy en día sería impensable:

Por qué hemos de conceder a la mujer los mismos títulos y los mismos derechos políticos que al hombre? ¿Son por ventura ecuación? ¿Son organismos igualmente capacitados? La mujer es toda pasión, toda figura de emoción, es todo sensibilidad; no es, en cambio, reflexión, no es espíritu crítico, no es ponderación. ¿Cuál sería el destino de la República si en un futuro próximo, muy próximo, hubiésemos de conceder el voto a las mujeres?

Por otro lado Hilario Ayuso, diputado por el Partido Republicano Federal, propuesto que las mujeres pudieran votar a partir de los 45 años, pero esto no fue aceptado por Clara Campoamor. Clara Campoamor trabajó siempre para que no hubiera discriminación de sexos, por la igualdad entre los hijos extramaritales y por el divorcio. Sin embargo, por lo que más se recuerda a la abogada es por su lucha por el sufragio universal.

 

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Estos son algunos extractos de las intervenciones de Clara Campoamor y Victoria Kent.

Victoria Kent

 

«Creo que el voto femenino debe aplazarse, lo dice una mujer que, en el momento crítico de decirlo, renuncia a un ideal», sentenció en su discurso frente a las Cortes y prosiguió: «cuando transcurran unos años y vea la mujer los frutos de la República y recoja la mujer en la educación y en la vida de sus hijos los frutos de la República, entonces, Sres. Diputados, la mujer será la más ferviente, la más ardiente defensora de la República. Si las mujeres españolas fueran todas obreras, si las mujeres españolas hubiesen atravesado ya un periodo universitario y estuvieran liberadas en su conciencia, yo me levantaría hoy frente a toda la Cámara para pedir el voto femenino. Pero en estas horas yo me levanto justamente para decir lo contrario y decirlo con toda la valentía de mi espíritu»

Y la respuesta de Clara Campoamor:

 

 

 

Precisamente porque la República me importa tanto, entiendo que sería un gravísimo error político apartar a la mujer del derecho del voto. Yo soy Diputado por la provincia de Madrid; la he recorrido, no solo en cumplimiento de mi deber, sino por cariño, y muchas veces, siempre, he visto que a los actos públicos acudía una concurrencia femenina muy superior a la masculina, y he visto en los ojos de esas mujeres la esperanza de redención, he visto el deseo de ayudar a la República, he visto la pasión y la emoción que ponen en sus ideales. La mujer española espera hoy de la República la redención suya y la redención del hijo. No cometáis un error histórico que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar al dejar al margen de la República a la mujer, que representa una fuerza nueva, una fuerza joven… Que está anhelante, aplicándose a sí misma la frase de Humboldt, de que la única manera de madurarse para el ejercicio de la libertad y de hacerla accesible a todos, es caminar dentro de ella.

Finalmente, tras los discursos se procedió a la votación, resultando en 161 votos a favor, 121 en contra y 188 abstenciones, quedando aprobada la propuesta.

La primera vez que las mujeres pudieron ejercer su derecho a voto fue en las elecciones generales del 19 de noviembre de 1933.