Tal día como hoy de 1918 en la ciudad rusa de Ekaterimburgo la familia del último zar de Rusia fue asesinada. Tras la abdicación de Nicolás II en marzo de 1917, la familia imperial había estado recluida en Tsarkoye-Selo, una residencia palaciega cerca de Petrogrado. El gobierno provisional de Kerenski, temeroso de su seguridad, decidió su traslado a la localidad siberiana de Tobolsk el mes de agosto siguiente. La revolución de octubre y el estallido de la guerra civil hicieron que la situación de los Romanov fuese cada vez más débil. En abril de 1918 fueron trasladados a Ekaterimburgo, sin que se sepa todavía a ciencia cierta las circunstancias que decidieron a las autoridades soviéticas a este traslado. La noche del 16 al 17 de julio de 1918 un batallón del Sóviet de los Urales penetró en la casa donde estaba recluida la familia, la llevó al sótano y la asesinó.
