Bombardeo de Tokio

En la madrugada del 10 de marzo de 1945 las fuerzas militares estadounidenses dieron una vuelta de tuerca más en el cerco al que estaban sometiendo a Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Desde mediados de 1942 habían logrado detener el avance japonés en el pacífico y a lo largo de 1943 y 1944 habían logrado ir apoderándose sus conquistas en el Pacífico suroriental. La culminación llegaría con la toma de Okinawa e Iwo Jima, territorios japoneses, a comienzos de 1945. Desde allí la aviación de EE.UU. comenzó una campaña de bombardeos similares a los que habían diezmado a Alemania los meses anteriores. El objetivo de aquella noche fue Tokio, sobre la que se volaron más de trescientos bombarderos B-29, que lanzaron su carga durante más de tres horas. A este bombardeo siguieron en los días posteriores otros en Nagoya, Osaka y Kobe.