El 16 de febrero de 1959, en el palacio presidencial de La Habana, Fidel Castro tomaba posesión como primer ministro del gobierno revolucionario. El 1 de enero anterior había triunfado la revolución que él mismo había liderado al dimitir el dictador Fulgencio Batista y salir hacia el exilio. Dos días después se había formado un gobierno provisional con Manuel Urrutia Lleó como presidente y José Miró Cardona como primer ministro. Sin embargo, era Castro quien dominaba la situación desde su posición de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Apenas mes y medio más tarde asumía la jefatura del gobierno del país, con lo que comenzaba a acaparar todos los resortes del poder en Cuba en lo que sería un camino insoslayable hacia la dictadura.