El 13 de noviembre del año 2002 comenzó uno de los peores desastres ambientales de la reciente historia de España. El petrolero Prestige cargado con 70.000 toneladas de fuel naufragó frente a las costas de Finisterre. Aunque Salvamento Marítimo logró rescatar a los 27 tripulantes del barco, éste terminaría por hundirse unos días más tarde dando lugar a una de las mareas negras más graves conocidas. Así, el día 19 tras un intento de arrastrar el barco para evitar el vertido, el Prestige se partió en dos y se hundió sin remedio. La magnitud del desastre provocó una respuesta social sin precedentes con protestas en todo el país bajo el lema «Nunca mais», así como la movilización de cientos de voluntarios que acudieron a Galicia para retirar el llamado «chapapote».
