Tal día como hoy de 1985 comenzó en Ginebra una cumbre histórica. El presidente de los EE.UU., Ronald Reagan, se veía frente a frente por primera vez con Mijaíl Gorbachov, que había sido elegido secretario general del Comité Central del PCUS el mes de marzo anterior. Fue una cumbre inusual, muy distinta de las celebradas hasta entonces por los líderes de las dos superpotencias de la Guerra Fría. Gorbachov había comenzado a perfilar su programa de regeneración interna de la URSS (la «Perestroika») al tiempo que en un gesto inusual tendió la mano a Occidente para tratar de desbloquear las relaciones internacionales y frenar la carrera armamentística nuclear. Esta cita internacional de dos días sirvió para que los dos líderes comenzasen a conocerse, a cultivar una confianza mutua y aprender del adversario. Pese a que no se llegaron a acuerdos formales ni se firmó ningún documento se suele considerar esta cumbre como el inicio del fin de la Guerra Fría.
