El bolígrafo, a la venta por primera vez

El 29 de octubre de 1945 los almacenes Gimbels de Nueva York ponían a la venta un nuevo producto, el bolígrafo, del que vendieron 30.000 unidades en la primera semana. El artilugio había sido inventado por el húngaro Laszlo Joszef Biro, que junto a su hermano Gyorgy obtuvo su primera patente en 1938. Dos años más tarde los hermanos huyeron del nazismo hacia Argentina, donde comenzaron a producirlo en pequeña cantidad. El empresario estadounidense Milton Reynolds lo descubrió en un viaje a Buenos Aires, pero cuando quiso hacerse con los derechos para producirlo en su país se encontró con que la compañía Everhard Faber se le había adelantado. Pese a ello no se rindió y logró desarrollar su propia patente, que puso a la venta en Gimbels.