Estalla la revolución tunecina

A las 11:30 del 17 de diciembre de 2010, en la ciudad tunecina de Sidi Buzid, estallaba la chispa que desestabilizaría el mundo árabe durante meses. Mohamed Buazizi, un joven de 26 años en paro que se ganaba la vida vendiendo frutas y verduras con su carro por las calles de la ciudad, se inmolaba ante la sede del gobierno civil. Poco antes la policía local le había confiscado el carro. Desesperado, sin dinero para sobornar a los agentes y sin medios de subsistencia para alimentar a su familia y pagar sus deudas, decidió prenderse fuego. Con un 90% de su cuerpo quemado, sobreviviría unos días, pero para cuando llegó al hospital ya se había reunido la primera multitud exigiendo la dimisión del dictador Ben Alí. Éste acabó huyendo el 14 de enero a Arabia Saudí y los países árabes comenzaron a verse inmersos en una oleada de protestas sin precedentes.