El 15 de diciembre de 1939 se estrenó, en el Loew’s Grand Theater de Atlanta, Lo que el viento se llevó. Lo que nació como una mega producción de la compañía Selznick International Pictures pronto se convirtió en un fenómeno de masas. No en vano era la adaptación de una celebrada novela homónima de Margaret Mitchell, ganadora del premio Pulitzer en 1936. La historia de su paso al celuloide fue larga, costosa y muy difícil, pero el magnífico trabajo técnico y artístico del equipo se vio reconocido con un triunfo arrasador en la 12ª gala de los Premios de la Academia en 1940.
