Tal día como hoy de 1922, en el Valle de los Reyes (Egipto), Howard Carter y su equipo descubrieron unos escalones de piedra en el suelo rocoso. Prosiguieron excavando y hallaron un largo tramo de escaleras que llevaban al muro de yeso exterior que protegía una tumba, que en su exterior presentaba improntas de sellos con jeroglíficos. Carter telegrafió a su mecenas, el aristócrata Lord Carnavon, y esperó a que se trasladase a Egipto para entrar en la tumba, a la que bautizó como KV62. El 26 de noviembre penetraron por fin en la tumba. Acababan de descubrir la última morada de Tut-Anj-Amón (o Tutankamón), un faraón de reinado fugaz del período conocido como Imperio Nuevo, la edad de oro del antiguo Egipto. La tumba, debido a la riqueza de los objetos encontrados, ha sido uno de los mayores hallazgos arqueológicos de toda la Historia.
