Tal día como hoy de 2000 el papa Juan Pablo II presidió en la Basílica de San Pedro del Vaticano la celebración de la Jornada del Perdón del Año Santo 2000. Se trató de una ceremonia histórica en la que la Iglesia pidió oficialmente perdón por los pecados cometidos a lo largo de su historia. El papa estaba muy deteriorado físicamente por lo que fueron siete altos prelados de la Curia quienes entonaron el mea culpa por el recurso a la violencia, el antisemitismo, la voluntad de dominio sobre otras culturas y religiones o la marginación de los menos favorecidos. El papa añadió a estas peticiones cinco «nunca más» para el futuro de la Iglesia: a las contradicciones en el servicio a la verdad, a los gestos contra la comunión de la Iglesia, a las ofensas a ningún pueblo, al recurso a la lógica de la violencia y a la exclusión o discriminación de los pobres y los marginados.
