Tal día como hoy de 1985 el pueblo soviético tuvo noticia, en menos de cinco horas, de la muerte de Chernenko, secretario general del PCUS, y de su sustitución por Mijaíl Gorbachov. La elección de un dirigente de tan sólo 54 años fue interpretada como una apuesta de la superpotencia por el relevo generacional y la estabilidad. Sin embargo Gorbachov sorprendió al mundo poniendo en marcha un ambicioso proyecto de regeneración política y económica de la URSS en torno a los conceptos Glásnost («transparencia») y Perestroika («reestructuración»). Además promovió una redefinición de la política internacional de la superpotencia que llevó al fin de la Guerra Fría, lo que le valdría la concesión del Premio Nobel de la Paz en 1990. Internamente sus proyectos fracasaron con la caída del bloque del Pacto de Varsovia en 1989 y la disolución de la URSS en 1991.
