Tal día como hoy del año 117, en su viaje de regreso de las campañas militares llevadas a cabo en Oriente, falleció el emperador de Roma, Marco Ulpio Trajano. Nacido en Itálica, en las proximidades de la actual Sevilla, Trajano fue sucesor del emperador Nerva. Gracias al impulso de un grupo de senadores hispanos, Nerva adoptó a Trajano, confiriéndole el título de Caesar y asociándole al trono que pasaría a ocupar el año 78 a la muerte de Nerva. Militar de formación pero nacido en una buena familia senatorial de provincias, supo combinar con habilidad las exigencias del Senado y las del ejército. Sus éxitos militares le permitieron financiar una destacada política de grandes obras públicas en todo el Imperio. Su engrandecimiento del mismo y su diligencia en el gobierno le harían convertirse en la literatura latina en la imagen del príncipe perfecto.
