Marga Rodríguez, psicóloga, nos enseña que los videojuegos, en su justa medida, pueden ser beneficiosos para los hijos ya que, por ejemplo, aprenden a respetar turnos y desarrollan habilidades, como la rapidez de reacción.
No obstante, siempre hay que usarlos con control. La manera de dosificar los videojuegos a sus hijos es poner unas normas claras y ver las consecuencias que existen al saltarse las normas. El gran problema es el aislamiento social.