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Sinopsis

Esta es la historia de un viaje que sale mal, de una expedición que descarrila en un tiempo en el que el mundo se cierra a los viajeros. Tal vez por eso, la serie Atlántico es tan visceral, tan humana, tan emocionante.
Un equipo formado por Camila, Tato, Vinsen y Daniel Landa (Pacífico y Un Mundo Aparte) emprende un viaje con la intención de rodear por tierra el océano Atlántico a bordo de dos vehículos, partiendo del Cabo de Finisterre en Galicia, hasta alcanzar el cabo de las Agujas, en Sudáfrica.
Buscan enredarse en las tradiciones, viviendo la fiesta desde La Rapa das Bestas en Galicia, a los bailes espirituales de Costa de Marfil. En el camino convivirán con bereberes del desierto, escuelas de brujas, ceremonias vudú… y lo harán cambiado de frontera como quien cambia de pantalla, de la arena del Sahara, a las selvas del Golfo de Guinea. Cañones, playas, cascadas… África no da tregua en sus paisajes.
En el viaje interior, el equipo padecerá accidentes y enfermedades pero siempre acabarán recompensados por un camino lleno de magia… hasta que la magia se rompe en mil pedazos con la irrupción de una pandemia mundial: la del covid-19
Una salida de urgencia les devuelve a casa. Tras 9 largos meses confinados, encuentran una opción de volver a África. Ya no podrán usar sus coches, todo será más precario e inseguro, pero se puede regresar. Solo Vinsen y Daniel se apuntan a la aventura dentro de otra aventura: recorrer África en tiempos de pandemia, con muchas fronteras cerradas, viviendo cuarentenas y una colección de problemas en el camino.
Esta última etapa les lleva, además, al África más profunda. Daniel se somete a una iniciación africana que le lleva al límite de la cordura, en una aldea perdida en Gabón.
Se adentran en selvas donde habitan gorilas y elefantes y recorren el desierto más antiguo del plantea. Avanzan como pueden, a trompicones, con desvíos aéreos, furgonetas locales, coches o camiones. Lo que sea necesario para llegar al sur del sur de África, después de 307 días de expedición, demostrando así que es posible seguir soñando y viajar incluso en estos tiempos…